domingo, 28 de abril de 2013

SIERRA DEL BUEY (JUMILLA)

SIERRA DEL BUEY (JUMILLA)

FECHA: 10 - 3 - 2013

La Sierra del Buey es una sierra un tanto desconocida situada cerca de la población de Jumilla. Conocida como el "Cervino jumillano" se nos aparece como un puntal inexpugnable con una cresta característica dificil, aparentemente, de transitar. Desde Murcia y llegando a Jumilla, vemos la Sierra del Buey hacia la derecha de la población como una sierra más, pero conforme nos vamos poniendo a su altura, la perspectiva cambia y se nos muestra como altiva e inaccesible.
El acceso es fácil. Abandonamos la carretera que va a Yecla para salirnos en la primera salida que pone Jumilla (viniendo de Murcia). En la primera redonda giramos a la derecha, hacia una nueva redonda y de allí hacia una segunda redonda, la cual la abandonaremos en la salida de la derecha, hacia una pista sin asfaltar. Una vez en la nueva pista, la dejamos nada más avanzar 20 metros en una nueva pista a izquierdas para seguirla en dirección a la Sierra del Buey. En esta nueva pista y justo tras pasar una curva la abandonamos  por un camino a nuestra izquierda donde ya podemos dejar el coche un poco más adelante para empezar la ruta.



En rojo podemos ver el camino de subida y en verde el de bajada. El camino aparece bien marcado tanto por las marcas de PR (solo la subida) como por hitos (todo el recorrido). Rapidamente se gana altura hasta dirigiros hacia el paso de la cadena o del cable. No es un paso difícil pero si da cierta sensación de patio.





Una vez pasado este aéreo paso, la senda se va en busca del llamado paso de la lagartija que no es más que una pequeña ranura que corta una linea de roca que antecede a la cima.



La sensación de verticalidad es absoluta ya que la Sierra del Buey se eleva a plomo 400 metros sobre Jumilla. Ya se pueden ver todas las sierras del Altiplano (El Arabí, el Carche, la Sierra de Santa Ana), asi como la Sierra de la Pila, Ricote, el Almorchon de Cieza, Sierra Espuña, etc.




La senda, al fin, alcanza la cumbre, primero hacia una cruz con una placa conmemorativa y uno metros más adelante hasta el vértice geodésico (1087 m).


Para la bajada, seguiremos por la cresta en dirección hacia Jumilla. Aquí ya se avanza sin marcas de PR por lo que tendremos que estar atentos a los hitos. Abandonaremos la cresta justo al inicio de un canchal de piedras después de pasar un pequeño collado apenas perceptible en la cresta. Este collado nos bajará rapidamente hacia el llamado paso de la Zorra. Este paso es un agujero excavado en la roca, posiblemente hecho por pastores o recolectores de esparto que permite colarse por él hacia una vaguadilla entre dos lajas.
La bajada al paso de la Zorra obliga a destrepar unos metros pero que no tiene una complicación excesiva.





Una vez ya fuera del paso, solo queda volver al punto de partida bordeando de nuevo la montaña por la parte de abajo en dirección este hasta situarse de nuevo en la senda de subida.
Por último, una foto final donde se ve la última parte de la bajada ya desde la perspectiva que se tiene desde Jumilla.


FECHA: fotos del 10 de marzo y del 13 de abril.
DESNIVEL: 400 metros.
DURACIÓN: dos horas y media.
DISTANCIA: seis kilómetros.
TRACK: si.

TRANCO DE LA MARCOLLA - TRANCO DEL LOBO - LA CORNISA - SENDA DE LOS PESCADORES

TRANCO DE LA MARCOLLA - TRANCO DEL LOBO - LA CORNISA - SENDA DE LOS PESCADORES

Fecha: 9-4-2011

Ruta "senderista" de gran ambición, que pretende subir desde el Guadalentin a la Lancha del Almiceran por un antiguo paso o tranco (la Marcolla) que atraviesa la pared para llegar al no menos conocido Tranco del Lobo, morada del último maquis de la península y de allí a la Repisa, una pequeña "faja" colgada de una pared que da acceso a una cueva con vistas a la cabecera del Guadalentín. Posteriormente deshacemos el camino para coger la senda que baja al Poyo Tribardo para meternos en el mismo rio Guadalentín  por la famosa senda de los pescadores; llegar a la unión con el Tornillos de Gualay y volver al punto de partida por la Cañada del Mesto.

Dejamos el coche en el cortijo del Molinillo, donde termina la pista que va remontando todo el Embalse de la Bolera hasta su cabecera.





Cruzamos la cerrada de la Herradura y empezamos a ascender por la famosa Cañada del Mesto, en dirección al Cortijo del Puntal de Ana Maria. Si nos fijamos a nuestra derecha vamos viendo una pared casi inexpugnable que sin embargo, si dejas algunas puertas o trancos para acceder a su parte superior. Aquí, desde Puntal de Ana Maria tenemos el Tranco de la Rajona, que en esta ocasión no ascenderemos. Seguimos ascendiendo por la pista hasta situarnos justo en el Cortijo del Raso del Peral donde abandonaremos el sentido de la marcha y nos iremos hacia los cortados de la pared, practicamente hacia la vertical del cortijo. Subiremos entre los escarpes y cornisas hasta encaramarnos en la parte superior de la pared, buscando las zonas más cómodas para pasar. La salida de la parte de arriba coincide con un característico árbol seco.





Ya en la parte de arriba de la Lancha del Almiceran comenzamos a andar en dirección a la caseta de vigilancia de incendios de La Sabinilla; cruzaremos un carril que viene desde el lado del Almiceran y que conviene recordar porque a la vuelta utilizaremos para bajar de nuevo al Guadalentín. Proseguiremos por el perfil hacia una gran antena que nos servirá de referencia para alcanzar de nuevo el carril que hemos pasado anteriormente y ya en él, avanzaremos sin perdida ninguna y estando atentos a las marcas y los hitos del camino al Tranco del Lobo.




El Tranco del Lobo fue la morada del último maquis de la Península que fue abatido por la Guardia Civil al principio de la década de los cincuenta. Desde el Tranco del Lobo tendremos vistas de la cabecera del Guadalentin destacando el cortijo del Vado de las Carretas. Desde el Tranco, y ya sin senda, seguiremos ascendiendo por la linea somital hasta alcanzar la cota máxima de la ruta, los 1.761 m del pico del Tranco del Lobo. Seguiremos andando en dirección este, con la sierra de la Cabrilla y el Buitre de fondo, estando siempre atentos a los cortados de nuestra izquierda, hasta descubrir la famosa repisa y su no más famosa cueva arqueada.





Retrocederemos de nuevo el camino hacia el carril que habíamos pasado a la ida justo después de la caseta de vigilancia. El camino cae hacia el lado del Guadalentin. Antes de desaparecer buscaremos hacia nuestra izquierda el inicio de una senda que desciende de manera elegante hasta el Cortijo del Poyo Tribaldo, ya de nuevo en la Cañada del Mesto.




Seguiremos avanzando por la pista en dirección hacia el Vado de las Carretas, pero antes de llegar buscaremos el rio Guadalentín para meternos en él por la famosa Senda de los Pescadores.




Cruzaremos el rio varias veces, alternando una orilla y otra, por una senda tallada en la roca entre murallones  impresionantes que dan un aspecto como de gran catedral fluvial. Avanzaremos así hasta llegar a la confluencia con el arroyo de los Tornillos de Gualay que nos viene por nuestra derecha. Aquí se ven los resto de lo que en su día era un antiguo puente.



Más o menos, a la altura del Arroyo de los Tornillos de Gualay, cruzaremos al lado izquierdo del rio Guadalentin (en el sentido de la marcha) para buscar un senderillo, que medio escondido entre la maleza remonta en una fuerte subida la pared rocosa que tenemos en frente. Llegaremos a una zona con una valla que nos dificultará el camino para buscar la Cañada del Mesto. Sin embargo, avanzaremos pegada a ella hasta que se acaba y ya, monte a través, buscaremos la pista de vuelta al Embalse de la Bolera.


Fecha: 9 - 4 -2011
Longitud: 24 kilómetros.
Track: si

CIRCULAR PONTÓN ALTO - PEÑA AMUJO - LAS HUELGAS - EL MIRAVETE - PONTÓN ALTO

CIRCULAR PONTÓN ALTO - PEÑA AMUJO - LAS HUELGAS - EL MIRAVETE - PONTÓN ALTO

FECHA: 20-4-13

Una mirada a la zona de Las Huelgas, el Miravete, Los Centenares, etc, a esos poblados abandonados; es un viaje a una zona "olvidada". Un paseo por sus calles, sus terrazas de labor, sus eras, nos evocan tiempos pasados, de recuerdos perdidos bajo imponentes pinos laricios. Aquí el tiempo se detuvo desde hace más de cuarenta años. Obligadas sus gentes a abandonar sus hogares, debido a unas decisiones administrativas que establecieron la zona como Reserva Nacional de Caza, dejaron todo este valle con un halo de soledad y misticismo difícil de explicar. Quien sabe; si hoy en día todavía viviera gente, igual los accesos estarían asfaltados y seguramente habría algún que otro alojamiento rural ya sea en Los Centenares o un sitio parecido. Igual veríamos todoterrenos yendo y viniendo pero no me cabe la menor duda de que esos mismos pinos laricios que esconden este paisaje, no nos mostrarían la luz de hace cuarenta años que vemos hoy sino otra luz que algunos estarían de acuerdo y otros no.

La excursión parte de la aldea de Pontón Alto. Aparcamos en la entrada del pueblo en una zona ancha. Nos dirigiremos hacia una calle empinada con una barandilla que vemos al fondo y buscamos una vereda que partiendo de la parte alta del pueblo nos lleva directamente al carril que baja a la zona de las Espumaderas. Avanzando por él, llegamos al collado que separa las aguas del Guadalquivir y del Segura. Nuestro punto de referencia será un gran cartel de Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, en donde deberemos abandonar nuestro carril y girar a la derecha buscando una serie de puntos verdes  que nos marcará el camino para llegar a la Peña Amujo.


El senderillo, al principio un poco confuso, se nos aparecerá más marcado más adelante. Enseguida ganaremos poco a poco altura. A nuestra derecha tendremos vistas de la aldea del Artuñedo. A nuestra izquierda ya veremos todo el valle de las Espumaderas, Las Huelgas, etc, con el Banderillas de fondo.


La senda rodea el Tolaillo y poco a poco, y en suave descenso llega a la Peña Amujo, inmejorable otero sobre el embalse del Tranco de Beas.



Unos cincuenta metros antes de llegar a la Peña Amujo, nos tenemos que fijar que una senda nos corta de derecha a izquierda sobre la que nosotros llevamos. Nos dirigiremos hacia el oeste, para faldear debajo del Tolaillo por el lado que da al Tranco y en dirección a un praderillo que se ve a distancia (hacia el Banderillas) al cual saldremos pero un poco más arriba de él para pasar al otro lado de la cuerda y caer hacia la zona de las Espumaderas. La senda es de esas que llamo yo "senda inmortal"; es de esas sendas que aprovecha las curvas de nivel, que zigzagea, que esta reforzada por sus muros de piedra en los pasos más angostos. En fin, es una de esa sendas que cruzan la sierra y que explican el gran trabajo que tuvieron que hacer en su día las gentes que vivían por aquí para conectar cortijos, o para repoblar.


Una vez traspasada la linea divisoria, la senda empieza a bajar hacia el cortijo de las Espumaderas de Abajo pero sin llegar a él, ya que, justo al llegar a un collado, nos desviamos hacia nuestra derecha por otra senda que nos llevará comodamente a la zona de Las Huelgas. Aquí optamos por visitar la cerrada de Parrate, pero debido al gran caudal que llevaba el arroyo de las Espumaderas tuvimos que conformarnos con mirarlo desde arriba. De igual manera también nos costó pasar el arroyo para proseguir la marcha en dirección al Miravete. Aprovechando un puentecillo de troncos pudimos pasar, primero al otro lado del arroyo, y después, y unos cincuenta metros más adelante (rio arriba), volver a la misma vertiente que llevábamos al llegar a Las Huelgas, cerca del derruido cortijo de las Huelgas. No obstante, si el rio viene muy crecido se puede remontar hacia nuestra izquierda, justo antes de llegar a las Huelgas un pequeña elevación para caer al  otro lado.



Desde Las Huelgas, nos dirigimos hacia la cortijada del Miravete por una vereda ancha que en sentido ascendente nos coloca en poco más de un kilómetro en esta perdida aldea. La gente que va en dirección a los Centenares, puede optar por ir por una senda que va más pegada al arroyo y no subir al Miravete, pero en mi opinión merece la pena visitar este recóndito lugar. Un paseo por sus casas nos permitirá descubrir el modo de vida de aquellas gentes. Todavía veremos las sillas, mesas, radios olvidadas, antiguas botellas de cristal, techos derruidos, etc.


Desde el Miravete, nos toca ahora remontar toda la montaña que tenemos en dirección sur. A priori parece una tarea dificil, pero una antigua senda venía desde Fuente Segura acompañando al antiguo tendido eléctrico que suministraba luz a esta aldea. Para buscar la senda, miraremos primero hacia el perfil de arriba y veremos una gran roca o espolón que conviene tener en cuenta porque hacia él irá la senda. La parte más complicada es encontrarla al principio. Hay que remontar las diferentes terrazas de labor que hay por encima  de las casas, siempre pegados a nuestra derecha. Se pasa el arroyuelo y la senda, que aparece marcada por hitos, remonta un primer cordal que separa nuestra vertiente de la vertiente de las paredes del fondo. Ya desde allí y en continuo ascenso, llegaremos a la linea divisoria acompañados por los antiguos postes semideruidos del tendido eléctrico. Conforme se sube, al fondo ya se puede ver la aldea de Los Centenares, todavía mucho más espectacular que la del Miravete.




Al final, la senda de subida alcanza la divisoria, justo en un característico hito de piedras en forma de flecha que se encuentra la entrada de la senda desde el calar. Las vistas desde allí son impresionantes. Te puedes hacer una idea de la inmensidad que nos rodea. Las aguas del Guadalquivir, las del Segura, el Banderillas, etc.



Una vez arriba en el Calar se puede optar, o bien ir hacia el nacimiento del Rio Segura (si allí se ha dejado un coche) o recorrerse todo el calar en dirección este para ir a buscar Pontón Alto. Este terreno es un poco dificultoso porque se va andando sobre terreno lapiaz. Después de una hora de caminata conseguimos llegar a un carril que viene desde Fuente Segura de Abajo hacia Pontón Alto.

RESUMEN:

FECHA: 20 DE ABRIL DE 2013
DURACIÓN: 7 HORAS Y MEDIA
DESNIVEL: 600 METROS
DISTANCIA: 22 KILÓMETROS
TRACK: SI