viernes, 20 de noviembre de 2015

DE MILLER A VENTA TICIANO

UN PASEO POR EL OTOÑO

DE MILLER A VENTA TICIANO

Ya no sé cuantas veces habré paseado por el Segura otoñal y cuantas sendas y cumbres habremos hecho. Algunas veces por Pontones, otras por La Toba, por el río Madera también y por supuesto por Miller y Venta Ticiano.
La policromía de los colores otoñales, esos primero fríos, esas primeras lluvias. Todo esto forma un coctel que hace del otoño la estación serrana por excelencia.

ALDEA DE LA MUELA

La ruta parte de la aldea de Miller. Que recuerdos tengo más bonitos de esta aldea. estuve aquí la primera vez hace ya unos 18 años. Estuvimos alojados en la casa de una señora mayor que se llamaba o llama (eso espero) Dulce Nombre de María en un frío puente de la Constitución del mes de diciembre. Allí, rodeando una mesa camilla y devorando una fabulosa cena que nos preparó la señora, su hijo,  ya fallecido, nos contaba historias de hadas y de brujas, de lobos y personas de la Sierra de Segura al lado de la tenue luz de chimenea y del crepitar de la leña. Así, entre cuentos y leyendas, entre tradiciones e historias inacabadas despertó en mi esta pasión que siento por la Sierra de Segura. 
Allí también conocí a su otro hijo, Justo Robles, hombre autodidacta, hecho a si mismo, que ha escrito varios libros de rutas por el Segura y el Zumeta que el mismo se ha encargado de redescubrir y poner en valor.


ALDEA DE MILLER



La ruta parte desde la propia aldea de Miller por un viejo sendero que rápidamente comienza a ganar vistas sobre el río Zumeta y todas las espectaculares paredes de la Molata de los Almendros.

TINÁ DEL ESCALÓN


VISTAS HACIA LA ALDEA DE GONTAR ENTRE NUBES AMENAZANTES.




Tras este primer esfuerzo, la senda gira en busca del barranco de la Breña. Nos acercaremos a las impresionantes paredes que tendremos en frente y remontaremos, entre bancales abandonados de nogales y terebintos, toda la vertiente derecha del barranco hasta alcanzar la aldea abandonada de la Breña.







MADROÑOS




PAREDES DE LA BREÑA


ALDEA ABANDONADA DE LA BREÑA


ANTIGUO LAVADERO DE LA BREÑA Y RECOLECTA DE PRODUCTOS SERRANOS (foto de septiembre)
UVAS - NUECES - HIGOS - HIGOS VERDALES - ALMENDRAS 



Después de visitar la aldea de la Breña nos dirigimos en busca de un paso entre las paredes donde la senda, de forma sorprendente, se cuela para alcanzar la parte alta.

SALIENDO DE LA ALDEA DE LA BREÑA




EN BUSCA DEL PORTILLO DE LA BREÑA


EL GRUPO EN EL PORTILLO DE LA BREÑA


Ya en la parte de arriba, el paisaje cambia totalmente. Ahora nos encontramos en un campo inmenso de almendros. Hemos salido del bosque y ahora vamos por terrenos de labor claramente modificados por el hombre. Desde aquí tendremos unas vistas de los Llanos de Jutia y de la Sierra de las Cabras muy bonitas.


TINA DE LA LANCHA

Y llegamos a la aldea de la Muela.

LA MUELA EN NOVIEMBRE


LA MUELA EN SEPTIEMBRE


Un pequeño paseo por sus casas encaladas para llegar a la zona del lavadero público para desde allí, coger una vieja vereda que bajo un bosque de encinas nos permite descender rápidamente sobre la carretera que va a Marchena. Retrocederemos por la misma unos metros para desviarnos de nuevo por un sendero que en un leve descenso y rodeado de zarzas nos colocará en el cauce del arroyo de Marchena.

LA MUELA Y EL LAVADERO (foto de septiembre)


CRUZANDO EL ARROYO MARCHENA


Nada más pasar el arroyo buscaremos un sendero que en suave descenso se va aproximando de nuevo al valle del Zumeta justo por encima de Venta Ticiano. Pasaremos por la Cortijada del Vadico y ya por pista, alcanzaremos el asfalto para volver a Ticiano.

Ahora ya solo, caminando pausadamente de vuelta a Ticiano, me dejo embaucar por los colores del otoño. Dejo que mis pensamientos se borren y me dejo llevar por la suave brisa que me acompañan y por las pequeñas gotas que van poco a poco calando mi pelo. 

Hay un instante es que es preciso volver a lo nuestro y escuchar el latido de la tierra, el árbol que canta y el pájaro que habla, como si en un cuento de hadas estuviéramos.




Fotos de Paco Solbes y Manolo Moreno.