sábado, 10 de diciembre de 2016

DEL ARTUÑEDO A MONTALVO

Del Artuñedo a Montalvo

Fecha de realización: abril 2016

Siempre hay zonas por donde casi nunca pasa nadie. Y en esas quiero estar.

No es un late motiv de vida pero siempre me ha gustado ser un pequeño descubridor o aventurero.

En Segura, Cazorla y Las VIllas hay zonas por descubrir en cualquier montaña que no aparecen como primeras opciones a la hora de realizarlas. Cuando uno se mueve por la zona de Pontones, todos sabemos cuales son las rutas imprescindibles que hay que realizar; pero si rebuscamos encontramos sitios maravillosos que mucha gente desconoce.
Hay una zona que siempre me ha intrigado, esa falda de la montaña que desde la zona del Artuñedo y las Casas de Carrasco cae hacia el embalse del Tranco de Beas.
Hoy en día, y gracias a los GPS está todo muy trillado, pero siempre está el encanto de planificar una ruta sobre un mapa o sobre descripciones de otros montañeros que en sus páginas web o en sus rutas subidas a wikiloc nos permiten redescubrir zonas que de otra manera serían complicadas.

ALDEA DE MONTALVO


A la aldea del Artuñedo se accede por una pista sin asfaltar que arranca una vez hayamos pasado la aldea de las Casas de Carrasco un poco más arriba de Pontón Alto.
He estado por aquí cinco o seis veces y no creo recordar que me haya encontrado con nadie por aquí. La Aldea se nos aparece como detenida en el tiempo. Solo los gatos nos dan la bienvenida, siempre y cuando les des algo a cambio. Faltaría más. Algunos rebaños de cabras, algunas naves o cobertizos para el ganado, algún ladrido, casas cerradas.

Atravesamos la aldea saliendo del vallado que la rodea, en busca de la cabecera del Arroyo Frío y nos situamos en una senda que veremos a nuestra izquierda y que recorre a media ladera las faldas del barranco. Los vallados que te encuentras por aquí siempre son peculiares, sobre todo las puertas; nunca he visto una mejor utilidad que se le puede dar a un somier que como puerta en vez de como cama y así en muchos sitios.

Continuamos la marcha pero debermos de estar atentos a unas curiosas formaciones geológicas que nos van a servir de referencia, ya que en este punto debemos abandonar la senda y bajar hacia los restos de un cortijo abandonado para encontrar un sendero que se dirige hacia esas formaciones.

GENDARMES CALIZOS Y CORTIJO ENTRE LA CHOPERA



A partir de aquí, la senda se nos aparece clara, con sus pequeñas revueltas. Se dirige hacia las curiosas formaciones y las rodea por detrás para caer sobre el río. En este punto tiende a desaparecer un poco, entremezclada entre la vegetación. Un poco más adelante vuelve a aparecer y se dirige hacia otro cortijo semiderruido La Majada de las Vacas ya muy cerca del cauce,

CORTIJO DE LA MAJADA DE LAS VACAS


Otra cosa que siempre me ha causado impresión cuando uno llega a cortijos en ruinas, es la cantidad de enseres abandonados que te encuentras de las gentes que aquí habitaron. Desconozco si esta zona también estuvo afectada por la orden de expropiación que se dio en los años sesenta y que afectó a otras zonas como Los Centeneares, El Miravete, etc.  pero todo el suelo está lleno de botellas, cacerolas, sillas de mimbre, alpargatas, mesas carcomidas; como si la gente hubiera huido con lo puesto.

Y por fin ya llegamos al cauce del Arroyo Frío. Ahora proseguiremos por su lado izquierdo mientras la senda va saltando algún que otro aterrazamiento. Nos cruzaremos con una calera y a partir de aquí, la senda inicio un fuerte descenso, rodeado de una frondosa vegetación y de mucha humedad. Toda esta zona, que es cara norte me resulta rara. La aglomeración de pinos es extraordinaria; hubiera hecho falta, tal vez, una entresaca de pies de pinos en esta zona, al poco de iniciarse la repoblación. Muchas ramas caídas dificultan el camino pero es agradable ir saltando por aquí o por allá.
Al final llegamos a una curiosa cueva, que se ha originado en una tobera.




Después de pasar esta curiosa formación geológica, la senda nos lleva a una vereda más importante. Si nos dirigiéramos hacia la izquierda, tomaríamos rumbo hacia la Peña Amujo. En nuestro caso, giramos a la derecha, en dirección a la Casa Forestal de las Hazas. Cruzaremos el arroyo por primera vez e iniciaremos una pequeña subida por la vereda, saltando ramas y pinos caídos, dándonos cuentas de como de importante tuvo que ser este camino en sus inicios. 


Ahora si, vamos a echar mano del Gps. En un punto dado de la vereda, abandonaremos el camino, al que luego volveremos pero más adelante, para buscar una bonita cascada que hace el Arroyo Frío al saltar un cortado que claramente intuimos en la falda de la montaña. Comenzaremos a bajar sin senda definida en busca del cauce buscando los pasos más adecuados hasta llegar al lecho del río. Lo remontaremos con cuidado, pasando de un lado a otro; incluso en algún que otro paso, deberemos de apoyarnos con las manos para realizar alguna pequeña trepada.



Después de visitar la cascada, desandaremos el camino, pero no volveremos a subir por donde hemos bajado sino que, sin perder ni ganar altura, iremos paralelos al Arroyo hasta encontrar los resto del Cortijo de Eliseo o del no menos rimbombante nombre de Cortijo de la Maleza del Muerto.

LLEGANDO AL CORTIJO DE LA MALEZA DEL MUERTO


Después de reponer fuerzas, nos toca la parte más dura de la ruta ya que deberemos recuperar altura para volver a la vereda que anteriormente habíamos abandonado, pero sin camino ni senda, sino monte a través, entre carrascas, coscojas, pinos, etc. 
Una vez recuperada la vereda, la seguiremos, ahora sí, mucho más cómodamente. La senda va rayando toda la falda de la montaña en busca de los restos de la Casa Forestal de las Hazas.

CASA FORESTAL DE LAS HAZAS


LA PEÑA AMUJO NOS VIGILA


La Hazas tuvo que ser un importante nudo de veredas en su época. Aquí se junta la senda que venimos con la que desciende hacia la Agracea y el Tranco. También encontramos la que baja desde Montalvo y que es la que vamos a coger ahora.
Hasta aquí, todo ha sido un desnivel negativo, en continua bajada salvo la salida del Cortijo de Eliseo; pero ahora si toca remontar. Y lo haremos con paso tranquilo, disfrutando del paisaje en busca del Collado de Martin Caro donde ya tendremos vistas de la Aldea de Montalvo nuestro objetivo final. El collado es un otero privilegiado, con vistas excepcionales sobre el Embalse del Tranco y la Sierra de las Villas. 

LLEGANDO AL COLLADO DE MARTIN CARO CON EL TRANCO DE BEAS A NUESTRAS ESPALDAS


MONTALVO


Solo nos queda un ultimo esfuerzo para bajar el barranco que nos separa del Collado hasta Montalvo entre prados que comienzan a ganar ese verdor de una primavera que ya ha comenzado a tomar posiciones.


Lo dicho, vuelvo a la reflexión del principio. Siete horas de ruta y no nos hemos cruzado con nadie. Sendas y veredas semiperdidas, que año tras año van desapareciendo atrapadas entre la vegetación que la va engullendo. Una verdadera lástima.